En stand by...

“I'm so happy 'cause today I've found my friends ...
They're in my head, I'm so ugly, but that's okay, 'cause so are you ...
We've broken our mirrors… sunday morning is everyday for all I care ...
And I'm not scared, light my candles, in a daze
'Cause I've found god…
… I'm so lonely, but that's okay, I shaved my head ...
And I'm not sad, and just maybe… I'm to blame for all I've heard ...
But I'm not sure, I'm so excited, I can't wait to meet you there ...
But I don't care, I'm so horny, but that's okay ...
My will is good…”

NIRVANA’S LITHIUM

En mi cuarto existen demasiadas cosas simplemente ahí... existiendo; a veces me da la impresión que la energía potencial que emanan es un reflejo de la desidia por moverlas de lugar, o ponerlas a que hagan algo mas productivo que simplemente estar ahí, existiendo.

Por ejemplo: tengo una cantidad X, algo impresionante, de libros de todo tipo, para todos los gustos y preferencias... de la misma manera tengo cualquier cantidad de papelitos, ensayos y recuerdos, que solo están ahí.

Son pokas las cosas que en mi huevosfera se mantienen en movimiento constante (entre ellas yo) en comparación con toda la bola de cosas que solo están ahí... Estoy completamente seguro que si el Feng Shui deseara poner un ejemplo de lo que exactamente no debe ser en la habitación de una persona normal, pondría como ejemplo mi hábitat... Nótese que ni soy una persona normal, ni mi hábitat es completamente desagradable, simplemente tengo todo en un perfecto desorden con un cálculo de organización tremendo, excepto cuando a mi madre y a la chika que hace “limpieza” en mi cuarto, se les ocurre “arreglar” mis cosas... entonces sucede lo que a todo tipo como yo le encabrona: le mueven las cosas de su lugar justo cuando las necesitabas.

Es necesario aclarar unos cuantos puntos: en mi huevosfera tengo cosas de mi papá, de mi mami, de mi hermano, de mi primo... puntualizando sería mas o menos así:

2 camas, una bicicleta fija, un saco de box, varias bolas de boliche (aprox. 12), un archivero hasta su madre, un chingo de libros y papeles, 2 sillas, una televisión, una video vhs, un dvd con la madre esa del home theatre, mucha ropa, zapatos y un chinguero de cositas como adornitos, peluches, y todo tipo de madrolas que te van regalando y las acomodas en algún lugar de tu cuarto... Y todo esto sin contar el closet de mi cuarto el cual está convertido en una especie de bodeguita en la cual encuentras desde medicamentos, cables, arena de Cancún, hasta una extraña obra de la ingeniería mexicana, hecha de papel, globo y engrudo, a la cual con una mezcla de miedo y respeto yo llamé “piñata”, y que jamás fue destrozada por mis sobrinitos en su momento.

Todas estas cosas deben tener su momento exacto para ser movidas y cumplir su finalidad, son como piezas en un juego de ajedrez, hay que tener la paciencia y saber detectar cuando deben moverse; el factor tiempo solo nos da una pekeña y sutil pauta para que las cosas cumplan su cometido y no se queden simplemente en espera...

Hace mucho que no juego una buena partida ajedrez...