Monday, November 16, 2009

Juegos de ajedrez...

Hace ya unos 15 años, cuando estaba en la prepa 6, jugaba ajedrez con mis amigos.

Jugaba con el amigo Arnoldo, el Gallo y claro, el Dragón Tatsuono; pasábamos horas escuchando nuestra música preferida en nuestros “walkmans” (para quien no los conozca, son los abuelitos de los reproductores de MP3 y los I-pods), comíamos hamburguesas que comprábamos en las afueras de la prepa (EL Gallo siempre la pedía sólo con el pan y el vendedor se le quedaba mirando con cara de “No puede ser...”) papitas, botanas y demás chatarras... de esa manera lográbamos aislarnos del mundo y (en teoría) estábamos concentrados en el juego...

Ya sé... la pregunta clave: de verdad estábamos concentrados?

Podíamos pasar horas y horas, si hubiéramos podido tal vez días jugando; nuestro gusto llego al grado donde se nos ocurrió comenzar a contar cuantos partidos habíamos ganado a cada quien, finalmente éramos un grupo de 4 tipos extraños (2 greñudos metaleros, 1 deportista miedoso/fresa/niño mimado y 1 adolescente del tipo de Torombolo) y jugábamos un infinito round robin del cual aprendimos a conocernos y convivir mucho más de lo que habríamos imaginado.

Ahora que veo los años atrás, hace 15 años teníamos mucho tiempo libre, era fabuloso pues nestro horario matutino nos daba el tiempo de estudiar, divertirnos, echar la flojera y seguir jugando... incluso aprovechábamos cada hora que no tuvimos de clase de percusiones para afilar la mente y jugar al ajedrez; llegamos a conseguir los mejores aparatos de sonido (dentro de nuestras posibilidades, claro) juegos de ajedrez de bolsillo y música, mucha música.

La verdad no teníamos idea de que nestras vidas serían como hoy lo son; muchas veces escuchamos al Gallo decir “yo jamás seré greñudo, pandroso, fiestero ni chelero”... y ahora vemos que la vida se ha encargado de darle su cachetada con guante blanco y por eso Mamá Dragón dice que jamás digas “de esa agua, no beberé”. Arnoldo no expresaba mucho sus planes ni Tatsuono se imaginaba estar tan feliz con su familia tan lejos de esta tierra... todos teníamos planes de adolescentes hiperhormonales y en lo personal, jamás me imaginé estar en el Tao que ahora exploro con tanto cuidado.

Recuerdo que la rutina antes del juego no era muy exigente que digamos... lo único que teníamos que hacer era ponernos de acuerdo en 3 cosas: Que comeríamos, donde jugaríamos y el oponente del otro... simple.

Una vez todos de acuerdo, nos poníamos la música en las orejas, acomodábamos los tableros y comenzaban los juegos... llegábamos a estar hasta 3 horas concentrados (insisto, en teoría) y las jugadas hacían gala de ingenio, fiereza, pendejadas...

Obviamente los mejores juegos y que más recuerdo son los que sostuve contra Tatsuono... Yo de repente pensaba: “Este guey de verdad piensa que estoy pensando en las siguientes 4 o 5 jugadas que va a hacer??... pero que gueva... la neta está bien chida mi hamburguesa con chipotle y esta mirinda bien fria...” Hasta hoy me sigo preguntando si en verdad pensaba eso Tatsuono...

A lo mejor Tatsuono pensaba: “Este guey de verdad cree que estoy tan concentrado pensdando en estas jugadas?? A lo mejor si hago una pendejada hasta se la cree y se confía y la caga, jejejeje, total es re despistado este Dragón Azul y segurito anda como siempre, en la baba y pensando en su nueva bola de boliche porque anoche (solíamos jugar un torneo los miércoles por la noche, pero esa es otra historia) se la pasó haciendo pendejadas y le echó la culpa a la bola”

Yo también pensaba otras cosas dispersas, mi mente divagaba y se mantenía un poko en este plano gracias al juego: “Que chido es el Homero Símpson, no pone atención a nada... no mames, las greñas del Tatsuono tan re gachas, muy largas pero muy feas... creo que este guey ya se jeteó porque no le veo los ojos abiertos, aunke por otro lado nunca los vemos... no mames, pinche Gallo pendejo y el Arnoldo se la pasan peleando por pendejadas, y yo igual con el Gallo, ni con todo el volumen y los gritos de Hetfield dejo de escuchar como se dicen de cosas... NO MAMES!!! Pinche Tatsuono, ya me chingó uno de mis caballos por estar en la pendeja!! pero orita le kito una de sus pinches torres aunque me cueste la Reyna... anoche apenas ganamos y este guey agarra la bola con miedo, le duelen los dedos, que nena!!... creo que estoy olvidando algo importante, pero no logro recordar qué es, tal vez Andrea, Karla o Midorie al rato me acuerden, tenemos que hablar para ver las broncas que traemos de física... ME LLEVA LA CHINGADA!!! Pinche Tatsuono, se chingó mi otro caballo y está cagado de la risa porque nomás le baje un alfil... Ya se me acabó la hamburguesa, creo que todavía tengo ruffles en la mochila... PINCHE Arnoldo, se tragó la mitad de mis papas, por eso el Gallo le está dando en su madre... Tatsuono, me toca mover o ya moviste?? Es que ni te mueves, creí que estabas jetón...”

Así eran nuestros juegos en la prepa... pasábamos las horas así, jugando, platicando, pendejeando, esperando a las amigas o ellas nos esperaban haciendo cosas de chikas de prepa... a veces estábamos toda la bola pasando tiempo en el campo, tomando el sol, jugando unos, escuchando música otros, platicando todos, juntos y contentos...

Al final, la vida nos llevó por caminos diferentes, tal vez nunca podramos volver a jugar con el ritmo, el tiempo, el gusto y las personas que tanto quisimos en la preparatoria... fue una bella etapa y aprendimos tantas cosas, compartimos mucho y lo mejor es que no estuvimos desperdiciando el tiempo, no hicimos cosas malas o equivocadas, era una sana diversión, muy ñoña (el mundo será de los ñoños) y para muchos aburrida, pero para nosotros fue lo máximo...

Estoy seguro que todos lo volveríamos a hacer...

1 Comments:

Anonymous Lilly said...

Cada uno es y tiene una historia. Aunque algunas insisten en ser más preciosas que otras.

Qué bonitos recuerdos, dragãozinho!!!

6:41 AM  

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