Tlalmanalco y sus cascadas...
En un pequeño sendero puedes observar gran cantidad de árboles con formas tan bonitas y caprichosas a la luz del día... tal vez de noche se vea medio tenebroso, pero es un agasajo visual que no sabes hacia donde voltear y kieres tomarle fotos a todo lo que te rodea...
Te sientes fuera de toda preocupación y miras con agrado los árboles que parecen saludarte y agradecerte que vayas a verlos, que disfrutes del paisaje y que te sientas bien contigo y con ese frío pero envolvente hábitat...
Lo mejor de las pequeñas sorpresas no fueron los ricos tacos de cecina con chorizo, aguacates deliciosos, chicharrón y ensalada de nopalitos acompañados de un riko tekila... no, lo mejor fue el recibimiento al inicio del recorrido con una pequeña cascada tan firme, tan decidida, tan dispuesta a ser algún día una cascada tan fuerte y poderosa que sea digno reto de un dragón para que suba por ella...
Mas arriba en el sendero que te guía a lo desconocido (por el visitante) también puedes observar riachuelos, diminutas represas que guían el camino del río para que no ande mojando por donde no debe, y en algún punto el agua te pide que la sigas hasta donde otra discreta cascada se viste de verde con adornos de hojas y ramas tejidas descansando en un lecho de rocas que le permiten soñar...
Sólo es cuestión de buscar, permitirte conocer los bellos lugares que tenemos escondidos en nuestra tierra y estar preparado con cámara, pilas y muchas ganas de pasarla bien...
Las cascadas de la Luna y los árboles de Tlalmanalco renovaron mi energía de la misma forma que lo hace la Gran Pirámide en la Tierra Santa de los Dioses... es cuestión de energía positiva...
1 Comments:
Cuando describes estas cosas, yo no las imagino, yo las VEO.
¡Es impresionante como usas las palabras! ¡Me encantan!
¡Buen fin de semana!
Beijos, Dragón Azul
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