Monday, April 11, 2005

Como perros y gatos... (3 de 16)

"She's got a smile that it seems to me...
Reminds me of childhood memories,
Where everything was as fresh as the bright blue sky...
Now and then when I see her face
She takes me away to that special place
And if I'd stare too long... i'd probably break down and cry
Sweet child o' mine... Sweet love of mine..."

No siempre las cosas fueron como hoy, alguna vez fueron distintas, en algún momento de mi vida no quise saber nada de ella y sé muy bien que ella tampoco de mí, no la culpo, tengo mi carácter y se que me ha soportado varias cosas incómodas para ella. Ella también tiene su maldito carácter y debido a ello siempre ha tenido problemas con los hombres, aunque conmigo no. Yo tuve un mejor trato para con ella y las demás mujeres a mi alrededor, claro que a mi novia de entonces no le agradaba que yo hablara de Mirta, pero a mí siempre me ha valido madre lo que digan los demás.

Alguna vez trabajamos juntos en el gobierno, fue cuando la conocí, y no me fue difícil conocer esa parte de las personas que te agrada desde el inicio, ella siempre ha sido muy agradable, esa es la mejor parte de ella, siempre se mostró gentil, amable, amistosa y sociable –ella suele llamarse una dulce y tierna niña-; con el tiempo no tuvimos problemas para empezar una linda amistad aun sin contar con la autorización de mi novia en turno ni ella con la del respectivo galán –el cual con los años sería gravemente confundido o al menos así me pareció, con un charro de Garibaldi-.

Resulta curioso como es que dos personas pueden pasar tiempo juntas –a veces bastante- solamente platicando y comportarse como si se conocieran desde mucho tiempo atrás; siempre le dije lo agradable que es conversar con ella; en palabras del estilo de Germán Dehesa yo diría que una buena charla jamás debe despreciarse –y menos de aquella persona que te ha causado un corto circuito en la cabeza y el corazón- siempre busqué la manera de continuar a su lado, pero las circunstancias, la mayor parte de las veces no lo permitieron.

El caso es que recientemente le he dicho que la persona indicada, debe tener la cualidad de que aún cuando se aburra la pareja tengas ganas de seguir a su lado, y por lo menos yo jamás me he aburrido con ella o de ella, en todas las pláticas de varias horas que hemos tenido nunca me he aburrido, siempre hay algo que seguir diciendo, pero las mas de las veces el alba se acercó y el sueño nos ganaba.

Jamás la he escuchado decir que una de sus relaciones amorosas haya tenido éxito o al menos que no tenga problema alguno. Yo sé que las parejas tienen problemas, si no los tuviesen resultaría aburrido tener una pareja, pero ella siempre ha tenido una especie de inclinación por los hombres conflictivos y celosos –generalmente celosos de este pobre Gato, lo cual nunca me trajo complejo alguno, al contrario, era incluso divertido hacer enojar a los pretontos- ella es como un imán para los celos de los hombres que la rodean, caso raro, nadie se ha salvado de ello –me incluyo, pero no al grado de los otros- y a ella esa situación le ha traído conflictos en sus noviazgos.

Los celos son un veneno en cualquier relación, en especial aquellos celos enfermizos y sin razón aparente. Las personas muchas veces no comprendemos que nuestra pareja debe relacionarse y afrontar cualquier situación que no nos puede parecer, además los celos son consecuencia de la inseguridad de las personas; ello implica que al celar a la pareja tenemos la inseguridad de que se pueda ir con alguien más, implica que no conocemos a nuestra pareja, y que existe una grave falta de comunicación.

No es difícil comprender que la rutina haga pedazos cualquier relación, pero si lo es el que querer demasiado a una persona rompa las relaciones, es decir, yo concuerdo aquél dicho popular que reza: “se cela lo que se quiere”, aunque a ella la han celado de la manera más idiota que hay, sus orangutanes –como ella les dice- nunca la han dejado ser como ella quiere, no la apoyaron ni dejaron crecer como persona, simplemente no la dejaron ser ella; y como resultado Mirta desarrolló una actitud para con los hombres bastante agresiva, hiriente, sarcástica e incluso repelente.
Hoy me doy cuenta de que tiene miedo de amar y ser amada y se que profundamente tiene un resentimiento muy grande para todos los hombres.

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