Tuesday, April 12, 2005

El corazón triste (4 de 16)

"se que no kieres ni escucharme... se que ya todo terminó...
y yo no kiero hablarte... sino escribirte una canción...
y entonces tendrás que escucharme, y por la radio oirás mi voz,
intentaré tokarte tu pekeño corazón... uhhhh
y una lágrima tuya, mojará este papel... solo un par de palabras, te diré..."

Insisto en que no todo siempre fue así, recuerdo una época en que ella era más feliz, yo también lo era, fue cuando trabajamos juntos en el gobierno. Ella tuvo que irse de gira turística por el país y pasó grandes momentos, yo me quedé en la oficina extrañándola y sosteniendo una lucha interna por no dejarme vencer por un extraño sentimiento hacia Mirta, estuve a punto de caer pero mi novia en turno no me lo permitió –y para lo que pasó después con la susodicha, a veces no se si valió la pena; en fin- vuelvo a lo mismo, para enamorarse se necesitan 2, puedo decir que estuve medio embelesado por Mirta, entonces nada serio. Hoy estoy seguro que no le cambiaría nada a todo lo que sucedió entre nosotros, porque gracias a todo eso es que la conozco y la quiero, cada día que paso con ella la entiendo y quiero mas.

Por razones personales ambos dejamos el trabajo al año siguiente y mantuvimos contacto relativamente, pero ella seguía siempre en mi mente, estaba presente para mí, le gustara o no a mi novia –reitero, eso me valía madre entonces- y ella se consiguió a un tipejo que es ofensivo describirlo incluso para mí, no vale la pena decir mas de él que me dejó a Mirta bastante jodida, aquella mujer de la cual me embelesé había desaparecido, la habían domado, ella la del alma fiera, la del carácter fuerte y sonrisa encantadora, quien fuere toda seguridad en si misma, había sido cambiada por una niña gris, insegura, triste y sin esa chispa, sin esa cosa que te hacía voltear a verla, y todo por un pendejo y ella por dejada.

Las mujeres tienen el tino de conseguirse a los peores tipos disponibles cuando enfrente de ellas uno desea lo miren y se den cuenta de que tu no eres como todos los demás –lo malo de esto es que tu tienes lo que ellas quieren, pero tu no eres lo que ellas quieren, paradójico, irónico, pero ellas prefieren a todos esos patanes que estar contigo, eres solamente su amiguito y de ahí no pasarás; cruel destino, miserables dioses- pero, si tratas de volverte como los demás patanes para ver si esa es la solución de tu problema existencial con ella, grave error, te sentencian que así estás bien, que nunca cambies y que ya te llegará la indicada, la que de verdad te aprecie por lo que eres y como eres –pero tu no quieres eso, tu quieres que ella sea la indicada, no alguien mas; insisto, paradojas de la vida- quizás la idea sea como la de los gallegos, nomás por joder se hacen las cosas y punto.

Las personas debemos entender que solamente se puede romper un corazón porque lo permitimos, y nos hace daño esa situación solo hasta que queremos que nos siga haciendo daño; las mas de las ocasiones estamos ahí solo por un sentimiento de necedad, pensando que las cosas se pueden arreglar, y en la mayoría de casos no es así. Cometí un error y miré muy alto, cuando llegué ahí el error fue pensar que podía quedarme ahí el tiempo que quisiera.

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