Antes de la cascada de rosas VI...

"Eso que tu me pides... es imposible,
yo se que no he nacido para rey, ni para principe...
tu quieres admirarme, te has confundido,
no sirvo para estar en un altar... ni ser tu idolo...
recuerda cuantas veces te lo dije, cuantas veces te advertí...
Soy así... así nací y así me moriré...
con todos mis defectos, ya lo sé...
nunca te engañé, nunca te mentí, nunca lo negué..."

José José... Soy así

Posteriormente a que el tigre de este cuento, hiciera mutis en el primer acto de mi vida, pasaron las cosas como en cámara lenta, el tiempo se escurría lentamente por la ventana y el humo de mi mente se hacia denso.

Tuve 2 relaciones amorosas, las cuales no duraron mucho, y he aquí las razones de las participantes:

La primera de ellas, tenía una obsesión con el dominio, el poder y una bola de traumas sicológicos relacionados con su belleza física y su figura... a mi me parecía una mujer hermosa a pesar de tener sobrepeso, pues la encontraba fascinante. Tuvimos problemas respecto a que ella (igual que otras antes que ella) se empeñaba a que yo trabajara en algún lugar donde “creciera” profesionalmente, aún si ello implicaba estar triste, deprimido por un trabajo feo y que no me gustara.

Su frustración fue no poder tener control alguno en mi persona, si ella quería ir al cine, yo aceptaba, luego ella quería teatro, igual yo aceptaba, ella se frustraba pues quería ganar, aunke fuera en una discusión sin sentido, pero “tener el poder”.

Me decía constantemente “eres un talento desperdiciado”; kizás tenía razón, pero yo soy feliz, muy feliz, haciendo las cosas a mi manera.

La segunda de ellas, fue novia mía de manita sudada, cuando éramos niños, por azares del destino, decidimos ser novios, y ahí me dí cuenta, que a pesar de conocerla por mas de 15 años, no la conocía en realidad. Qué difícil es convivir con alguien que te complica las cosas y se siente víctima del “complot” universal, además de que sus “traumas” no estaban ni siquiera definidos, pues ella, a pesar de ser una mujer HERMOSA, se sentía fea y tonta... kizás en el fondo no pude hacer nada por ella pues a su manera tenía razón.

El problema común con ambas, fue que ellas creían que yo las podría lastimar igual que sus respectivos ex’s y me comparaban con esos gueyes.

De ellas, aprendí unas cuantas cosas:

1.- Que aunque me tarde en analizar la forma de pensar de mi pareja, siempre lo haré tarde o temprano, porque eso es algo que me gusta de mi compañera, saber lo que piensa, lo que siente y lo que hace. Conocerla a fondo.

2.- Puedes querer mucho a una persona, y aunque se acabe ese cariño tan rápido como empezó, pudo ser tan sincero como un amor que haya durado mucho tiempo y no ser tan sincero.

3.- El conocer una persona por mucho tiempo, aun si es tu amiga, no implica que en realidad la conozcas... y es muy divertido conocer mas “a fondo” a tus amigas pues el estar involucrado con alguien, te permite conocer ese lado que no conocías y que completa lo poko que en verdad sabias.

4.- El sexo con una niña pasada de peso, o con un aniña muuuy bien hecha, no difiere mucho, lo que importa es la intensidad, las ganas y disfrutar al máximo el momento.

5.- Por mas que una mujer intente dominarme, convencerme de hacer algo que no kiero, la manera no es presionar sin sentido, porque mi voluntad de ser feliz, está por encima del interés económico de cualquier mujer.

6.- Las verdaderas víctimas de la vida, son aquellas que se dejan, que sienten lástima por sí y no hacen mucho por remediarlo, las personas que gustan de ser dominadas, no pueden luchar contra la vida, porque de antemano perdieron esa lucha al renunciar a la idea de ganar sin intentarlo.

7.- La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... y al ritmo de Pedro Navaja, los dioses me enseñaron a estar prevenido porque cuando menos lo espere las sorpresas estarán kizás, en el mismo microbús en el que viajo.

Con ambas la pasé de pelos, fueron novias cariñosas, y tuvimos las típicas discusiones de pareja, lo malo fue, que ambas no sabían lo que querían de mi, pero al descubrir que querían un guey que no era yo (en amplio sentido del ser) simplemente dijeron “hasta aquí”.

En fin... valió la pena todo, porque conocer no tiene precio.