El día antes del tiempo...

"Compartimos el mismo cielo, compartimos el mismo anhelo
compartimos el mismo tiempo y el mismo lugar...
fuimos parte de la misma historia, ibamos en la misma prepa
yo siempre fui una lacra y tu eras del cuadro de honor...
las piedras rodando se encuentran,
y tu y yo algun dia no habremos de encontrar...
mientras tanto cuidate y que te bendiga Dios,
no hagas nada malo que no hiciera yo...
encendimos el mismo fuego, competimos en el mismo juego
compartimos el mismo amor y el mismo dolor...
la vida nos jugo una broma y el destino trazo el camino
para que cada quien se fuera con su cada cual...
las piedras rodando se encuentran,
y tu y yo algun dia nos habremos de encontrar...
mientras tanto cuidate y que te bendiga Dios,
no hagas nada malo que no hiciera yo"

EL TRI - Las piedras rodantes

Muchas mujeres viven pensando, que los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, y ni sikiera han comprado el libreo; es sólo por mera experiencia que se atreven a afirmar tan importante cuestión.

Y es completamente cierto... hablamos diferentes idiomas, pensamos diferente, sentimos diferente... pero eso es, una generalidad; porque cuando encuentras a ese alguien tan especial, que no piensa tan distinto a ti, que no siente tan distinto a ti, que no habla tan distinto a ti... empiezas a ver que el hombre es un guapo caverníkola.

Un caverníkola me enseñó muchas cosas divertidas, importantes para conocer, entender y querer a nuestra pareja... hablamos diferente, pero podemos entendernos, sentimos diferente, pero podemos querernos, y sobre todo, extrañarnos y necesitarnos al punto de llorar sin parar, al despedirnos de a quien amamos; pensamos diferente, pero podemos llegar a grandes acuerdos...

El caverníkola, me enseñó además, que muchas mujeres piensan que todos los hombres somos unos cabrones... y que eso, no es ni completamente cierto, ni completamente desatinado. Porque podemos ser tan lindos o cabrones como queramos, y como se nos presenten las cosas... pero cuando queremos ser lo mejor para la mujer que amamos, el caverníkola es un protector, un proveedor, un hombre tan cariñoso, tan gentil, tan necesario para ella y para sí mismo.

Me enseñó lo mas importante, que estamos felices en el mundo de nuestra pareja, y ahí gastamos toda nuestra energía, hasta que morimos; es por ello que a veces, tenemos que separarnos, porque somos diferentes, porque somos complementarios, y así tenemos que encontrar la forma de empezar de nuevo, porque al inicio su mundo nos parecía tan maravilloso... y ahora, tenemos que separarnos para que mañana nada nos impida seguir creciendo, juntos...

Y siento que mis lágrimas no son mas que una meta que tengo que alcanzar con todas mis fuerzas, y como buen cazador, me enfocaré a ella, con todo lo que tengo...

Porque lo que nos pasa, es lo mejor que nos puede suceder...