Thursday, July 17, 2008

La Bodeguita del Medio...

Inmediatamente después que Papá Dragón cumpliera años a inicios de Junio pasado, estaba listo para dejarse llevar por Mamá Dragón a la Isla de Cuba.

Este viaje se había estado posponiendo desde hace unos 5 años porque Mamá Dragón estaba juntando recursos monetarios para cumplir el regalo de cumpleaños (de hace 5 años) y que había sido la gran ilusión de Papá Dragón desde que estaba muy jovencito.

Desde que supo que existía el Che Guevara, Papá Dragón había querido ir a la Isla para conocerlo o al menos, ver cómo era de verdad la vida de los revolucionarios de corazón.

La preparación de esta aventura fue algo complicado para Mamá Dragón; ella estaba muy movida viendo todos los detalles que pudo, pero en algún momento siempre nos encontramos con ideas, relatos, creencias y chismes encontrados.

“No puedes pasar muchas cosas; no te aceptan tarjetas de crédito ni débito mexicanas ni gringas, sólo las españolas; la gente es muy humilde y acepta las cosas que les des; los celulares no sirven; no lleves dólares ni pesos mexicanos, mejor lleva euros; etc. Etc. Etc.”.

El colmo de la flojera, la pendejez del individuo y las ganas de no servir para nada, fueron los personajes de la Embajada Cubana, quienes vía telefónica no supieron (ni quisieron) responder de todas las dudas que tenía Mamá Dragón; tal pareciera que les pagan para no hacer nada. Y creemos que sólo los burócratas mexicanos son flojos, irresponsables, tontos y conchudos...

Los turistas que viajan a la Isla siempre tienen las mismas preguntas pero el resultado, en la mayoría de las ocasiones, son grandes sonrisas porque, afortunadamente para el pueblo cubano, saben cuidar y tratar bien a los turistas.

Mamá y Papá Dragón estuvieron una semana en la Isla disfrutando de unas muy merecidas vacaciones... estaban muy contentos lejos de todas sus obligaciones, preocupaciones, rutinas... tomaron muchas fotos y trajeron varios hermosos recuerdos de los lugares que visitaron.

Papá Dragón vió y visitó todos los lugares que tenía ganas de conocer; la famosa Bodeguita, el Capitolio, el Tropicana, el Nacional, en fin, hizo casi todo lo que tenía ganas de hacer desde que era joven. Una de sus frases solía ser “He de bailar en Cuba el Son de la Loma bien borracho por culpa del ron...”

Y estuvo a punto de hacerlo...

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