Wednesday, January 25, 2012

Ya de entrada...

Hace 2 días que dió inicio, nuevecito, el año del Dragón 2012... todo pinta bien y nuevas buenas se asoman... 

A pesar de eso, siento que necesito elevar una plegaria, pedir la ayuda de los dioses... 

Si pudiera pedirles, si pudiera mostrarles... les pido y les muestro a los dioses lo que quiero para este año... es una oportunidad. Eso es lo que los grandes necesitan, lo que los héroes tienen, lo que un Dragón Azul anhela y ya tiene... una oportunidad y ya. 

Las cosas negativas que dicen, lo malo, lo feo que me ronda, no quiero hacerle caso... sólo pido a los dioses que la promesa que me dieron, aquello que ya me concedieron, no se caiga y las malas lenguas, los que no ven más allá de su nariz, los que no quieren verme y mucho menos bien, que las vibras gachas, se salgan con la suya. 

Dioses, les pido una oportunidad y que me permitan dar mi mejor esfuerzo, una vez más... 

Sin descalificaciones previas...

Monday, January 02, 2012

The hero of those days…

mama they try and break me
still they try and break me
'scuse me while i tend to how i feel
these things return to me that still seem real
now deservingly this easy chair
but the rocking stops by wheels of despair
don't want your aid
but the fist i've made for years won't hold or feel
no i'm not all me
so please excuse me while i tend to how i fell
Metallica's - “Hero of the day”


No estoy muy seguro de la fecha pero sí de la época… estábamos en el verano del 96’ y un adolescente que apenas se aventuraba a conocer el mundo y quitarse la venda de los ojos en muchos aspectos pisaba las aulas de la Universidad y no se imaginaba siquiera que el Tao ya tenía grandes planes y momentos que le preparaba…

Este muchacho usaba un oscuro disfraz que le permitía sentirse fuerte, seguro y proyectar a los demás el mismo miedo que sentía ante las causas normales de la vida con los demás… adoptó un “estilo de vida” y sus posturas radicales cimentaron la base de muchas cosas buenas y malas para sí. Los apegos inútiles, las creencias heredadas y los valores cimentados, las creencias propias junto con mucha inexperiencia fueron los parámetros de tal confusión que sólo era comparable a las ganas de conocer y crecer…

Tenía muchas cosas a favor: de su lado, una gran familia que siempre lo apoyó en cada paso. También contaba con el corazón, la inteligencia y el valor de enfrentar lo que fuera… una integridad bien moldeada por sus padres y con la capacidad de comprender el significado de las cosas sin darle muchas vueltas a los problemas… decisión para hacer y deshacer… quizás lo más importante, la apertura y disposición de conocer y aprender a usar los conocimientos.

Con el paso del tiempo conoció a las personas adecuadas que le ayudaron a completar todo el camino andado; si bien los amigos y las personas que conoció antes fueron maravillosas y le ayudaron a formar las bases más importantes de su vida, en esta nueva etapa tuvo los complementos exactos y adecuados para terminar la formación de su existencia, combinar con su esencia y conocer de verdad (por primera vez) la felicidad de un amor, de logros personales, de sentirse orgulloso de sí, de su entorno, de todo cuanto hacía y pensaba. Se sintió realizado por primera vez y cualquier carencia material o personal fue relegada a un segundo plano porque no tenía importancia en ese momento… todo estaba bien y ahí entendió que al final todo está bien y que si no lo está, es porque todavía no es el final.

Pero el diablo metió la cola… conoció lo que muchos años después entendería como la zona de confort. Con toda la capacidad y grandes logros, conocimientos y mucha gente valiosa, este muchacho se enfrentó a la situación y decisión más fea que pudo confrontar… el resultado lo cargó muchos años y las consecuencias lo acosaron una y otra vez, causándole dolor, sentimientos encontrados y confusiones que le llevó largo rato identificar, resolver y perdonarse.

Es en esta etapa tan tierna donde decide adoptar una postura extrema, donde lleva a grado tal una conducta que si bien de fondo es buena, en la aplicación no tuvo el cuidado y desconocía que se aplica con sus reservas… el pensar primero en los demás, el sacrificio personal, el castigarse y dejar de lado cualquier pensamiento o sentimiento egoísta. El comportarse como sus héroes, actuando en beneficio de otros a quienes quieres, el que cuida de su familia, el que siente satisfacción por ayudar y ver beneficios resaltados en otros gracias a la ayuda que se les brinda… el abandonarse, descuidarse y no quejarse de ello…

Este jovencito de 20 años tuvo las enseñanzas correctas y la convicción de llevarlas a cabo… si bien la inexperiencia lo llevó a golpearse en más de una ocasión, fueron el valor y la voluntad quienes lo levantaron una y otra vez… aprendió a no rendirse nunca, ante nada ni nadie, a no temer y a enfrentar sus miedos, sus demonios, a exponer todo lo más valioso que tenía y salir sin ganancia, “derrotado” y esperando pacientemente obtener el éxito diferido que viene con cada derrota, para aprender más y más de todo lo que le pasaba.

Desafortunadamente, este pequeño héroe no se daba cuenta de todo el daño que se acumulaba y de todo lo que perdía con cada paso… si, es cierto, anduvo por un Tao diferente al de todos los demás; nunca le gustó la idea de ser igual a otro y hacer lo mismo que todos… gano muchos conocimientos, experiencias y tuvo cierto grado de felicidad, pero se perdió de grandes cosas y las herramientas que tuvo disponibles para vivir, fueron desgastadas y sin darse cuenta, anduvo vagando perdido y sin rumbo fijo.

Cómo llegó a permitir todo eso?? No lo sé… sólo me queda pensar que su corazón le decía que al final todo estaría bien y que confiara en sí mismo… sus grandes armas, su paciencia, su confianza, su valor y su corazón no podían equivocarse… su sacrificio de vida en la mejor etapa de su adolescencia y su vida estudiantil en verdad lo convencieron de que sus acciones ameritaban una reacción de tal magnitud donde expuso todo lo más valioso y declinó a sí mismo para protegerse y darse una mejor oportunidad más adelante… se sacrificó a sí por sí y para sí…

El camino fue lo importante… con su andar se alejaron aquellos ya no tenían que estar en su vida, se quedaron quienes debían y querían… también con un poco de suerte, llegaron nuevos amigos y personas tan valiosas que lograron el cambio tan importante que hoy se mantiene en eso, un constante cambio.

Hoy saco mis cuentas y veo que tal vez pagó de más y me dejó listo para cualquier cosa… me preparó para ser quien disfruto hoy y me dejó la tarea de ayudarme a resolver lo que me haya ocasionado, porque sus acciones tuvieron consecuencias de las cuales ya no puedo reprocharle ni cuestionarle, sino aceptarlas, entenderlas y agradecerlas.

Estoy seguro que si pudiera ver a mi héroe y contarle todo lo que hoy es fruto de su esfuerzo, me miraría con esperanza, con entusiasmo y con tranquilidad, mientras yo lo miro con la admiración y gratitud que le corresponde… le diría que todo va bien, que confíe en sus acciones y que no tema lo que sigue, porque él me enseñó a no temer de nada ni nadie. Que será un gran Dragón.

Hoy, 16 años después de que inició todo eso, con gusto hago las paces conmigo, estoy tranquilo, contento, a gusto con lo que hice, con quien soy, con mi vida… a mis 34 años soy un adulto que mira confiado el futuro y que ahora es mi turno de jugar al héroe con mi pequeña familia, recibir y formar a mis pequeños dragoncitos y quien sabe… enfrentar lo que venga.

Enseñarles que si quieren jugar al héroe, hay muchos buenos ejemplos en su familia y que conozcan las reglas del juego para que estén mejor preparados que yo y claro, sean mejores que yo.  
Felices 34... en el año del Dragòn!!!
Mirando luces neon